En pleno septiembre, ya van más de 15 semanas consecutivas en que han ido bajando los casos de la segunda ola de la pandemia por el coronavirus en la Argentina y los fallecimientos también se han reducido. Los pacientes en unidades de terapia intensiva eran 1.829 el lunes pasado, una cifra que se registra por primera vez por debajo de los 1.900 desde el 22 de agosto del año pasado. Y hay centros hospitalarios grandes, como el Hospital Nacional Posadas, en el Conurbano, que dejó de diagnosticar nuevos casos desde el viernes pasado. Aunque se siguió registrando una media de 2.578 casos de COVID-19 en los últimos siete días, ¿la situación actual significa que se está terminando la pandemia en la Argentina?
Hay un dato importante que no se puede dejar de tener en cuenta a la hora de pensar el fin de la pandemia en el país: hasta ayer, aún el 59% de la población de la Argentina no había completado el esquema de dos dosis de vacunas contra el COVID-19. El 8,53% de los adultos todavía no recibió al menos una dosis. También aún hay más de 12,7 millones de menores de 18 años sin inmunizar: los adolescentes sin factores de riesgo, las niñas y los niños.
De acuerdo a especialistas en neumonología, infectología, inmunología, bioinformática, química y ingeniería de sistemas de información que trabajan en universidades públicas e instituciones científicas de la Argentina y fueron consultados por Infobae, hay varios aspectos para considerar sobre cuál sería el futuro de la situación epidemiológica del país con respecto al COVID-19.
“Aunque haya menos casos por el impacto de la vacunación, la situación de Argentina no es para relajarse hoy. El último reporte del Ministerio de Salud de la Nación notificó 176 muertes este martes. Si bien algunos de esos fallecimientos ocurrieron en los meses anteriores pero se reportaron esta semana, nadie debería abandonar los cuidados de prevención. Además, necesitamos que la gente que aún no se vacunó concurra a recibir las dosis cuanto antes”, resaltó en diálogo con Infobae el doctor Guillermo Docena, investigador en inmunología del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de La Plata.
El rol de las diferentes variantes del coronavirus, como Delta y Mu, y el rastreo constante de contactos estrechos de los pacientes; la adhesión de las personas a los cuidados, como el uso del barbijo y la ventilación constante y cruzada en los lugares cerrados, como oficinas, escuelas, hospitales, entre otros; y el ritmo del plan de vacunación son los factores claves que definirían el rumbo de la pandemia para los próximos meses en la Argentina.Las nuevas variantes del coronavirus como Delta y Mu podrían hacer aumentar los casos de COVID-19 nuevamente/OPS
La enfermedad causada por el coronavirus ya produjo en el mundo más de 225 millones de casos de afectados y más de 4,6 millones de muertes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la Argentina, ya se han reportado más de 5,2 millones de casos confirmados de COVID-19 y un total de 113.640 fallecidos desde marzo del año pasado.
En marzo pasado, los casos de COVID-19 se dispararon y así se desarrolló la segunda ola de la pandemia. Volvieron a ocuparse las unidades de cuidados intensivos de los hospitales con más del 90% de las camas en los meses siguientes por los pacientes con cuadros severos. Sin embargo, esta semana la situación de la ocupación de camas es diferente: el 41.3% de las camas de cuidados intensivos -tanto en el sector público como privado- estaban ocupadas hasta ayer, según el Ministerio de Salud de la Nación. Es casi la mitad de la meseta que se registró durante el verano pasado después de la primera ola.
“Si se consideran los casos de COVID-19 confirmados en promedios semanales, la Argentina lleva 15 semanas y media de reducción”, comentó a Infobae Soledad Retamar, científica del Grupo de Investigación en Bases de Datos de la Facultad Regional Concepción del Uruguay de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). El 29 de mayo pasado el país registraba en promedio 31.083 casos diarios. En cambio, el lunes 13 de septiembre fueron 2.690 casos diagnosticados diariamente.Con respecto a los casos de COVID-19 confirmados en promedios semanales, la Argentina lleva 15 semanas y media de reducción/EFE/Demian Alday Estévez
“Con respecto a los fallecidos por COVID-19, el descenso más marcado se comenzó a registrar desde mediados de junio, es decir hace 13 semanas. Para llevarlo a valores más concretos: al 15 de junio pasado se reportaban en promedio 565 fallecidos diariamente y al día de ayer 139″, afirmó la ingeniera en sistemas de la información Retamar. Aunque señaló que “se debe considerar siempre que el reporte de los fallecidos conlleva cierto retraso en la carga de los datos por lo que aún se pueden ver días con cifras relativamente altas. Esto no necesariamente implica que hubo un ascenso de fallecidos sino que en la mayoría de las veces se trata de una actualización de fallecimientos que ocurrieron varios días previos o incluso meses atrás”.
Con respecto a los testeos para diagnosticar el COVID-19, la ingeniera Retamar recordó que la OMS recomienda analizar la positividad, es decir, la cantidad de casos positivos de COVID-19 respecto a la cantidad de hisopados realizados. “Se puede mencionar que a mediados de mayo de este año -cuando la Argentina atravesaba el segundo pico de la pandemia- la positividad se encontraba en un 30% aproximadamente y en la actualidad estamos con una positividad que ronda el 5%. Se trata de un valor super aceptable teniendo en cuenta las recomendaciones de la OMS”, afirmó Retamar.
En tanto, Alejandro Chirino, coordinador de la sección de infecciones pulmonares de la Asociación Argentina de Medicina Respiratoria, comentó a Infobae: “Es cierto que los casos de COVID-19 hoy están bajando en el país. Pero debería aprovecharse el momento para aumentar los testeos a partir de las personas que son contactos estrechos de los pacientes con el virus. De lo contrario, si volvieran a subir los casos, no se van a detectar tempranamente”, opinó.
Además de la tendencia a la baja de casos de COVID-19 y de las muertes, se verifica que los niveles de movilidad hacia el trabajo en las ciudades ya se encuentran en los mismos niveles de febrero 2020. Es decir, antes de las restricciones que hubo en marzo por el aislamiento administrado -que se popularizó como “cuarentena”. El transporte público aún está por debajo, según los registros de Google Argentina analizados por el Senador provincial de Corrientes y contador, Martín Barrionuevo, consultado por Infobae.El nivel de movilidad en el transporte privado ya se encuentra en los mismos niveles de febrero 2020. En marzo pasado, se limitó por el confinamiento/Archivo
En ese contexto de mayor movilidad, ¿qué podría ocurrir en el país con la pandemia? “De ninguna manera se puede hablar hoy de post-pandemia. Primero, hay que ver lo que pasó en el hemisferio Norte, especialmente en Europa donde dejaron de seguir medidas de protección como el barbijo aunque tenían una alta proporción de la población ya vacunada. Ingresó la variante Delta y tuvieron una nueva ola”, remarcó el profesor e investigador del Conicet, el doctor Docena.
Para el futuro de la pandemia en la Argentina, el doctor Docena subrayó que aún el 59% de la población no accedió a completar el esquema de vacunación contra el COVID-19 que otorga una alta protección contra la infección y reduce el riesgo de complicaciones y muerte. Mencionó que el 63.4% de la población está vacunada con al menos una dosis, “una situación que favoreció al descenso de casos que se viene registrando desde hace 15 semanas”.
A nivel del continente americano, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, había advertido la semana pasada que el 75% de la población de América Latina y el Caribe aún no está totalmente vacunada contra el COVID-19. Esa demora en el acceso se produce en el contexto en que las variantes de preocupación como Delta, que es más transmisible, ya están dentro del territorio de varios de los países de la región, incluida la Argentina.El acceso al esquema completo de las vacunas contra el COVID-19 debería ser mayor al 80% de la población para contar con más protección ante la posibilidad del avance de variantes como Delta/REUTERS/Agustin Marcarian
“Si bien parece mejor controlada la transmisión viral, hoy ya existe transmisión comunitaria de la variante Delta del coronavirus. Está focalizada, y es un riesgo permanente.Hasta que la Argentina no tenga el 80% de la población vacunada con las dos dosis no se puede hablar de post-pandemia ni de abandonar las medidas de prevención, como el barbijo, el distanciamiento y la ventilación cruzada”, consideró el doctor Docena.
De acuerdo con la cartera de Salud nacional, el país contaba el lunes pasado con 60.217.440 dosis para continuar con el plan nacional de inmunización que anduvo con lentitud durante los primeros cuatro meses por las demoras en las entregas de los laboratorios desde el exterior. Esta semana se comenzaron a distribuir las primeras 100.620 dosis de la vacuna de ARN mensajero de las empresas Pfizer/BioNTech.
“Hoy no podemos decir que estemos en el fin de la pandemia en la Argentina, ni tampoco de que haya señales de que se estén haciendo pocos testeos. Los casos confirmados de COVID-19 siguen siendo altos. Si bien bajan desde junio, lo hace mínimamente. Por lo cual, los fallecimientos también siguen siendo altos, y bajan lentamente”, advirtió el doctor Roberto Etchenique, investigador del Conicet y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, quien lleva adelante proyectos de investigación relacionados con COVID-19.
De acuerdo con Etchenique, “la reducción de más de 15 semanas de los casos confirmados de COVID-19 estaría asociada a la estacionalidad social y a que hay más personas vacunadas. Con estacionalidad social, me refiero a que las personas abren más las ventanas, están más tiempo al aire libre y menos tiempo encerrados en esta época del año. Si bien la gente tiene una mayor movilidad hoy, también hay más vacunados que en el otoño y aún predominan las mismas variantes del coronavirus”.Algunas personas ya abandonaron el barbijo, aunque aún se sigue recomendando porque existe circulación comunitaria del coronavirus en Argentina (Foto: Franco Fafasuli)
Durante las dos últimas semanas de agosto, el plan se había acelerado y llegó a aplicar 2,5 millones de dosis por semana. Pero la semana pasada se aplicaron menos dosis: se registró la aplicación de 1.886.568 inoculantes para completar esquemas. Hubo solo 255.727 como primeras dosis.
Según le dijo a Infobae al Subsecretario de Estrategias Sanitarias del Ministerio de Salud de la Nación, Juan Manuel Castelli, “las diferencias de aplicación de dosis semanal pueden deberse a distintas causas según cada jurisdicción. Hay que considerar que hay un número de dosis que se registran en el sistema unos días más tarde por la carga asincrónica. Por lo cual, podría haberse llegado a 2,3 millones de dosis como se venía aplicando en las semanas previas, pero aún no está impactado en el sistema. La cantidad de días efectivos en que los vacunatorios estuvieron disponibles también podría haber influido. Pero consideramos que esta semana es probable que el ritmo de aplicaciones siga con el promedio de las últimas semanas de agosto que estuvo por encima de los 2,3 millones de dosis”.
“Hoy es imposible decir si la pandemia en Argentina puede terminar pronto o no. Si la variante Delta del coronavirus no genera un aumento significativo de casos en no vacunados ni en personas ya vacunadas, podría ocurrir un mejor control de la pandemia. Será importante la vacunación de las niñas y los niños para reducir más la circulación del virus en ese escenario”, contestó a Infobae Rodrigo Quiroga, investigador en bioinformática del Conicet y la Universidad Nacional de Córdoba.El rastreo de contactos estrechos de las personas que son diagnosticadas con COVID-19, especialmente con la variante Delta, es clave para que se aislen a tiempo y corten los contagios/ EFE/Juan Ignacio Roncoroni/Archivo
Sin embargo, el doctor Quiroga planteó otro posible escenario: “Podría ocurrir una demora en la vacunación de las infancias y un aumento de casos de COVID-19 con la variante Delta. Esto depende del comportamiento de la gente en cuanto al uso del barbijo, el distanciamiento y la ventilación cruzada. Si vuelven a subir los casos, podrían volver a aumentar los fallecidos, aunque serán muchos menos que antes en proporción a los casos, dada la alta protección que otorgan las vacunas frente a enfermedad grave y fallecimiento”.
También hay que considerar que además de Delta, la variante de interés Mu está avanzando en otros países como Chile, subrayó el doctor Quiroga. “La variante Mu podría ser más resistente a las vacunas, y así se podrían generar un aumento de casos y fallecimientos. Existe también la posibilidad de que se generen nuevas variantes de preocupación mientras siga circulando el virus. Ojalá que todo salga bien y podamos estar con un número de fallecidos muy pequeño a partir del próximo mes”.