Un hombre de 30 años fue detenido ayer, acusado de quemar los pies de su hijo de 3 años y amenazar a su ex pareja, quien denunció que estuvo cautiva desde diciembre hasta el último martes, cuando finalmente se escapó a la casa de su madre. Sin embargo, el acusado volvió a atacarla con un arma blanca, antes de huir y mantenerse oculto una semana.
Según pudo reconstruir El Territorio en base a los elementos incorporados hasta el momento, se trata de un caso de violencia extrema contra una joven de 24, que salió a la luz mediante una denuncia en la Comisaría de la Mujer de San Vicente el lunes.
La denunciante expresó que es de Colonia Alicia y que allí vivía junto a su pareja Diego Armando F. (30), con quien tuvieron un hijo en común. De profesión enfermera, la denunciante expresó que desde hace mucho tiempo sufría violencia verbal y física y que incluso esto recrudecía cuando ella manifestaba sus intenciones de separarse.
Amplió que en noviembre consiguió un trabajo por dos meses en el Hospital de San Vicente, por lo que le manifestó que se iba a mudar sola a ese lugar. Fuentes del caso añadieron que allí el hombre tenía una propiedad ociosa y que la intención de la joven era instalarse en el lugar junto a su niño.
Eso hizo durante más o menos un mes, pero cuando pensó que había roto el círculo de violencia y su vida podría encauzarse, el padre de su hijo volvió a aparecerse. Palabras más o menos, el sospechoso le habría dicho que se quedaría aunque a ella no le guste. Entonces, empezó a juntar sus pertenencias para volver a alejarse de él.
En este punto la secuencia aún tiene grises. La enfermera expresó que mientras acomodaba su equipaje escuchó al pequeño de 3 años llorar desconsoladamente, por lo que rápidamente fue a asistirlo. Allí notó que tenía ambos pies quemados, aunque no supo especificar cómo había ocurrido.
“Les dejó casi en carne viva”, dijo una fuente con acceso a los pormenores de la investigación.
Siempre según la denuncia, el acusado le dijo “esto le pasa a tu hijo por tu culpa, no querés la felicidad de tu hijo”. Y amenazó que era sólo una muestra de lo que les podía pasar a ambos si ella se iba del hogar.
La mujer le brindó las primeras curaciones al menor, pero no pudo llevarla con profesionales de la salud a un centro médico debido a que el hombre le dijo que como ella era enfermera, se iba a encargar de darle la atención necesaria en el hogar. Entonces, empezó otro calvario.
La denunciante manifestó que desde entonces y durante dos meses no pudo salir de la casa. Solamente salía escoltada por el acusado para comprarle medicamentos y materiales de curaciones al pequeño y luego volvía a su casa.
Así estuvo hasta el último martes, primer día del mes, cuando el sospechoso abandonó la vivienda por un viaje a la localidad de Eldorado. Fue entonces que la joven enfermera huyó y se fue a la casa de sus padres en Paraje Las Limas, Colonia Alicia.
Último ataque
Pero nada había llegado a su fin, ya que horas más tarde el violento se presentó en el sitio con supuestas intenciones de ver a su hijo.
Frente a los familiares de ella Diego Armando mantuvo las formas, pero en el momento que la joven madre ingresó sola al hogar, la siguió y extrajo de sus prendas un arma blanca.
En ese momento intentó acatarla, pero ella logró defenderse e incluso resguardó a su hijo. Según la presentación policial, el agresor tomó entonces una mochila con documentaciones y las llaves del automóvil de ella, con el que huyó de la escena a toda velocidad.
La mujer expresó que el vehículo estaba a su nombre, pero que tenía un formulario 08 en blanco, por lo que temía que el vehículo sea comercializado y que el violento lo registre a su nombre.
Detención
Ante la denuncia, el lunes un médico policial revisó al menor y confirmó las lesiones sufridas, determinando que “presenta lesiones con costras en ambos miembros inferiores tercio distal”.
Paralelamente se activó el operativo de búsqueda, por el cual fueron alertadas las dependencias de la zona. Las investigaciones tuvieron éxito y se pudo reconstruir que el hombre se encontraba en la localidad de Dos de Mayo, más precisamente en un comedor llamado La Familia.
Hasta allá fueron los efectivos locales, donde se procedió a su detención sin complicaciones.
El hombre fue alojado en una celda a la espera de determinaciones de las autoridades del Juzgado de Instrucción de San Vicente, a cargo del juez Gerardo Casco, quienes deberán decidir cuándo lo cita a audiencia indagatoria.
Por ahora el sumario judicial se instruye como “lesiones agravadas por el vínculo y amenazas”.
Fuentes policiales que intervinieron en el hecho dijeron ayer que el hombre tiene varios antecedentes de denuncias por violencia de género, además de delitos contra la propiedad.
La violencia vicaria o por sustitución
La “violencia vicaria” o “por sustitución” es una modalidad de maltrato contra las mujeres en que los agresores utilizan a las hijas y los hijos “como objetos” para hacerle daño a sus madres.
“El varón agresor considera a la mujer un objeto de su pertenencia y también a los niños y las niñas. Sin ir al extremo de los femicidios vinculados, la violencia contra los hijos y las hijas para lastimar a las mujeres, lamentablemente, la vemos todos los días”, explicó Ada Rico, presidenta de La Casa del Encuentro en una entrevista con La Nación en septiembre del año pasado.
Y agregó: “No siempre es física, pero nosotras sostenemos que la violencia psicológica deja marcas imborrables en los chicos: ese continuo agredir a la madre tiene un impacto muy fuerte”.