La fecha, establecida por el Decreto Nº5.304 del 12 de mayo de 1960 suscripto por el entonces presidente Arturo Frondizi, evoca esa victoria que contribuyó además a llevar a feliz término las campañas libertadoras de Chile y Perú.
Así fue la batalla
El Ejército Argentino a las órdenes del general Rondeau sitió Montevideo desde octubre de 1812, pero dos años más tarde seguía resistiendo el asedio por el continuo flujo de aprovisionamientos que recibían por el
La estrategia naval fue cortar con ese suministro. Entonces, el almirante Brown zarpó con nueve naves armadas con 147 cañones decidido a enfrentar a los españoles, que zarparon de Montevideo el 14 de mayo a bordo de once buques con 155 cañones para hacer frente a las naves argentinas.
El plan de Brown fue simular que se retiraba mar afuera para que los realistas fueran en su persecución, luego cambiar de rumbo para interponerse entre la fuerza española y Montevideo y por último presentar batalla.
Las acciones se sucedieron entre el 15 y el 17. Este último día, la fragata “Hércules”, buque insignia del almirante, penetró en aguas de Montevideo persiguiendo a los buques enemigos. Dos de ellos buscaron refugio al amparo de la Fortaleza del Cerro y otras tres naves se ubicaron bajo los muros de la ciudad.
La fuerza naval española abandonó la lucha y Brown impuso desde entonces un cerrado bloqueo a aquel puerto que derivó en la rendición de la plaza de Montevideo, el 23 de junio de 1814, a manos del Ejército Argentino a órdenes del general Carlos María de Alvear.
El triunfo de la escuadra nacional cortó con el poder naval español sobre el río, que había comenzado tres siglos antes. La batalla que entabló Brown hizo posible la caída de la plaza de Montevideo en poder de las fuerzas argentinas. El 23 de junio de 1814 Alvear tomó posesión de la ciudad por tierra.
Tras la victoria de Montevideo y una vez consolidada la independencia en 1816, la Armada Argentina comenzó a desarrollar su misión.
