El Senado aprobó el Presupuesto para 2021 con el voto del oficialismo y la oposición dividida, durante una sesión especial, en la que se resolvió reenviar el proyecto a la Cámara de Diputados, para su ratificación final, debido a una omisión de planillas, por un error del sistema, sobre obras públicas para las provincias.
En la votación final, el texto con el cálculo de gastos y montos de recaudación previstos por el Poder Ejecutivo para el año próximo fue aprobado por 45 votos del Frente de Todos y el voto dividido de Juntos por el Cambio, 23 de cuyos miembros se abstuvieron, tres votaron a favor en general y en contra de algunos artículos y dos se pronunciaron en contra.
Por la omisión de 33 planillas con las obras para las provincias, el primer Presupuesto del Gobierno de Alberto Fernández deberá ser nuevamente avalado por la Cámara de Diputados, que lo había votado el 29 de octubre por 139 votos a favor, 90 abstenciones y 15 votos en contra.
La situación fue revelada a poco de iniciada la sesión especial de hoy por el presidente de la Comisión de Presupuesto, Carlos Caserio, quien advirtió que el proyecto «no sufrirá modificaciones» respecto a la propuesta aprobada por la Cámara baja.
Caserio leyó una nota enviada por la Secretaría de Hacienda a esa Cámara el 4 de noviembre, cinco días después de la sanción del proyecto, en la que comunicaron que «se detectaron errores» tales como ausencia de totales completos, saltos de página, ‘cortes de datos’ y omisión de obras».
Ante los cuestionamientos de la oposición, Caserio explicó que «únicamente por un error del sistema esas planillas no fueron incorporadas» y aclaró que «no hay nada escondido».
Desde el palco, el ministro de Economía, Martín Guzmán, junto a sus pares de
de Desarrollo Social, Daniel Arroyo; y de Infraestructura, Gabriel Katopodis, siguió el tramo inicial de la exposición de Caserio y luego se retiró.
La intención inicial del oficialismo era convertir el proyecto en ley esta noche, gracias a la mayoría que posee en el Senado y como una señal en el marco de las negociaciones en curso con el Fondo Monetario Internacional de un nuevo programa de financiamiento y en momentos en que una misión del organismo visita el país.
A causa del error administrativo, tras la aprobación del Senado, la norma volverá a Diputados para su ratificación final, algo que podría suceder la semana que viene.
Sobre este punto, el jefe de la bancada oficialista, José Mayans, afirmó que se trató de «un error involuntario» y que «no hubo mala voluntad».
En el final de la sesión, Mayans valoró el proyecto y aseguró que el trabajo del gobierno de Alberto Fernández es «poner en marcha a la economía social que no tiene nada que ver con la economía de la usura» y aseguró que «este es un presupuesto que tiene una visión federal, que no discrimina y busca encauzar al país en el crecimiento».
El senador admitió que «por la pandemia subió la indigencia y la pobreza y la falta de empleo» pero cargó contra el gobierno macrista por «el gran desastre» que dejó al terminar su mandato en materia económica y atribuyó «a una gran mentira» la consigna de «déficit cero» que esgrimió la administración de Cambiemos.
El presidente del interbloque opositor, Luis Naidenoff, centró su discurso en cuestionar el rol de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner al señalar que «hubo un exceso de personalismo» en la agenda del oficialismo y puso como ejemplo la reforma judicial a la que calificó como «una reforma limitada a la justicia personal» con «la impronta de una agenda personal».
«Tomamos la decisión de abstenernos (en la votación) como un gesto político y una señal ante el primer presupuesto que presenta este nuevo gobierno», afirmó, tras marcar «inconsistencias» en el texto.
Más allá de las críticas, algunos legisladores de la oposición como los radicales jujeños Mario Fiad y Silvia Giacoppo y el correntino Pedro Braillard Poccard votaron favorablemente, debido a que el proyecto contiene partidas para obras en sus provincias.
Otros 23 senadores opositores, con Naidenoff a la cabeza, se abstuvieron en general pero en particular apoyaron o rechazaron artículos específicos como los de creación de impuestos, y dos legisladores, el salteño Juan Carlos Romero y el puntano Claudio Poggi, se pronunciaron directamente en contra.
El proyecto contempla un crecimiento del Producto Bruto Interno de la Argentina del 5,5 por ciento, pronostica una inflación del 29 por ciento, un gasto global de ocho billones de pesos y un déficit del 4,5 por ciento.