El gobierno nacional anunció este lunes la instalación de 200 metros de alambrado en la frontera entre Argentina y Bolivia, en el marco de un plan para reforzar el control migratorio y evitar el paso ilegal de personas, mercadería y drogas. La medida, que se implementará en una de las zonas más críticas del límite internacional, busca «fortalecer la seguridad y el orden», según explicaron fuentes oficiales.
El alambrado, que se extenderá en un tramo cercano a la localidad de Yacuiba (Bolivia), estará acompañado de un aumento del patrullaje por parte de Gendarmería Nacional y la instalación de cámaras de vigilancia. «Estamos trabajando para proteger nuestra frontera y garantizar la seguridad de los argentinos», afirmó un vocero del Ministerio de Seguridad.
Sin embargo, la medida ha generado escepticismo entre expertos y vecinos de la zona, quienes consideran que 200 metros de alambrado son insuficientes para una frontera que se extiende por más de 700 kilómetros. «Es como intentar tapar el sol con un dedo. El narcotráfico y el contrabando son problemas complejos que requieren soluciones integrales, no parches simbólicos», comentó un analista en seguridad fronteriza.
Aunque la iniciativa parece más un gesto político que una solución efectiva, el gobierno asegura que este «simbólico» alambrado será el primero de muchos. Mientras tanto, los narcotraficantes y contrabandistas probablemente ya están buscando el desvío más cercano para evitar los 200 metros de alambre. Después de todo, ¿quién necesita un plan estratégico cuando se tiene un rollo de alambre y buenas intenciones.