Brasil sigue siendo uno de los destinos predilectos para las vacaciones de los argentinos, pero un reciente informe del Instituto Ambiental de Santa Catarina (IMA) ha encendido las alarmas: varias playas presentan altos niveles de contaminación, lo que pone en riesgo la salud de los bañistas.
El año pasado, numerosos turistas sufrieron síntomas de intoxicación por Escherichia coli, una bacteria que puede causar infecciones gastrointestinales, respiratorias y urinarias. Esto llevó a las autoridades brasileñas a reforzar los controles con el Programa Bandera Azul, diseñado para monitorear y mejorar la calidad del agua en las playas.
Causas de la Contaminación
La contaminación en estas zonas costeras se debe principalmente a la falta de tratamiento adecuado de aguas residuales y al vertido indiscriminado de desechos al mar. Esta situación ha impulsado evaluaciones ambientales más rigurosas, mientras el país busca mitigar los riesgos y garantizar playas más seguras para los visitantes.
El IMA publicó recientemente un mapa actualizado que identifica las playas con niveles críticos de contaminación. Entre las más comprometidas están:
- Araranguá
- Balneario de Piçarras
- Biguaçú
- Garopaba
- Imbituba
- Itajaí
- Itapema
- Itapoá
- Jaguaruna
- Paulo Lopes
El Programa Bandera Azul, gestionado por la Fundación para la Educación Ambiental (FEE), aplica estándares internacionales para garantizar la calidad y seguridad de las playas. Entre los criterios evaluados se incluyen:
- Calidad del agua: apta para el baño.
- Gestión de residuos: sistemas de recolección y separación de basura.
- Condiciones del entorno: playas libres de algas y desechos vegetales.
- Servicios sanitarios: baños en buen estado.
- Seguridad: presencia de socorristas y servicios médicos.
- Infraestructura: instalaciones funcionales y accesibles.
- Normas claras: regulaciones sobre animales y convivencia.
- Accesibilidad: servicios para personas con movilidad reducida.
Con estos esfuerzos, Brasil busca recuperar la confianza de los turistas y asegurar que sus icónicos destinos costeros continúen siendo un refugio para disfrutar del sol y el mar. Sin embargo, el desafío es grande y requiere un compromiso sostenido de autoridades, residentes y visitantes para preservar el medio ambiente.