El 20 de noviembre de 1988, Boca fue local ante San Martín de Tucumán por la fecha 12 del torneo 1988/89 de Primera División. Ese certamen tuvo una reglamentación particular que establecía el desempate por tiros desde el punto penal de los partidos igualados, de tal manera que se otorgaban tres puntos por partido ganado, un punto por el empate y un punto extra para el equipo que ganara el desempate.
Pero aquella tarde de 1988 y con una Bombonera llena todo le salió mal a Boca y todo le salió bien al misionero Antonio Vidal González. El delantero de Candelaria metió tres de los seis goles del Ciruja, que se llevó un triunfo para la historia por 6-1.
Además, al de la tierra colorada le hicieron un penal que significó el momentáneo 1-1. Tarde redonda para el misionero, que ya tenía una historia previa contra el Xeneize.
El 21 de abril de 1985 y en el Clemente Argentino Fernández de Oliveira, el de Candelaria le metió cuatro goles al Xeneize, en un encuentro que terminó en escándalo.
“Fue uno de los partidos más importantes de toda mi carrera. Esos tres goles en 17 minutos significaron muchísimo, ya que aquel fue mi primer partido como titular en San Martín. Haber marcado tres tantos en esa circunstancia y a un gigante como Boca en su cancha, no tiene precio. Mientras íbamos convirtiendo, no nos dábamos cuenta de lo que estábamos consiguiendo, ni siquiera cuando terminó el partido. Incluso hoy, lo veo a la distancia y me cuesta creerlo. San Martín fue de lo más importante en mi trayectoria, porque me hizo conocido en el fútbol argentino y posibilitó que trascendiera fronteras”, contó Vidal González sobre esa tarde en la Bombonera.
Ese año San Martín (T) duró poco en la A y volvió rápidamente al ascenso argentino. Vida González dejó el Ciruja y se fue a Argentinos, donde no tuvo un buen recuerdo y finalmente, casi de fortuna, se fue a Nacional de Uruguay, club en el que se hizo querer a base de goles y con el que le marcó a históricos como Real Madrid y Napoli.
Hoy, el apellido Vidal González tiene otro significado en el mundo Boca. Es que Ezequiel, hijo de Antonio, es uno de los goleadores de las inferiores del Xeneize, ya firmó un contrato y sueña con llegar a la máxima categoría con el club de La Boca.
Hace algunas semanas, Fernando Gago lo hizo parte de los entrenamientos con el plantel mayor y Ezequiel pudo demostrar que tiene con qué para ser parte del Mundo Boca, del que forma parte desde los 10 años.