Se trata de una “toma activa”, que no impedirá el ingreso y egreso al edificio para efectuar las actividades habituales, e incluirá una olla popular y el dictado de clases públicas.
De la asamblea, que inició alrededor de las 19, participaron tanto estudiantes como docentes y no docentes quienes hicieron uso de la palabra a fin de exponer distintos reclamos relacionados al financiamiento universitario en el marco de un plan de lucha iniciado por las universidades públicas de todo el país.
Días atrás fueron tomadas alrededor de 25 unidades académicas de distintas universidades públicas de todo el país, listado al que finalmente se sumó la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Unam, la cual registró un hecho similar por última vez en el año 2009.
Distintas voces y propuestas
Mientras que referentes del Centro de Estudiantes comandado por el Frente Estudiantil (FE) y algunos referentes no docentes intentaron dar marcha atrás a la toma “para evitar que los estudiantes deban interrumpir sus actividades académicas regulares y la presentación a exámenes”, la gran mayoría decidió votar a favor de la medida que será activa, por lo que no habrá interrupción alguna.
A su vez, convocaron a un paro por 24 horas y una marcha hacia la Casa de Gobierno con entrega de petitorio, ambas medidas previstas para el día jueves, “para que el gobernador sienta que nosotros estamos hartos del hostigamiento y sus órdenes respecto a la educación pública. Exigiremos explicaciones”, manifestaron en asamblea aludiendo al voto de los legisladores misioneros en apoyo al veto.
En cuanto a las problemáticas que atraviesan los estudiantes, lamentaron que “Más de la mitad de los estudiantes han abandonado la ciudad porque no pueden pagar el alquiler y porque no hay dinero para las fotocopias. Ninguna toma va a perjudicar tanto como la crisis económica en la que estamos envueltos todos los trabajadores y nuestros hijos”, enfatizaron.