Se contaron tres disparos por parte de la policía, quienes además recibieron algunos piedrazos de quienes estaban enfurecidos por la represión, hasta que entre los manifestantes llamaron a la calma y protegieron a los miembros de la infantería que, luego de varios minutos de tensión, se retiró del lugar, situado por 25 de mayo casi San Martín del centro posadeño. A pesar de las agresiones cruzadas, al cierre de esta edición, no se registraban heridos.
Los uniformados con sus cascos y escudos llegaron un minuto antes que los manifestantes para cubrir la casa del Gobernador misionero que, en ese momento, aparentaba estar vacía. Luego de los incidentes, los presentes hicieron una sentada con asamblea y pegaron carteles en las paredes de la vivienda. La Gendarmería llegó por último como para custodiar el edificio.
El episodio se desencadenó tras un intento de los manifestantes, integrado en buena parte por docentes y otros empleados públicos, intentara ingresar a la Legislatura. Sin embargo, un grupo antimotines de la policía provincial evitó que eso sucediera al arrojar gases lacrimógenos. Una docente fue golpeada por un policía y un reportero gráfico fue alcanzado por el gas que un policía apuntó a su cara.