Masajista de San Vicente estaba preso por femicidio
Domingo Roberto Da Silva, masajista acusado de asesinar a su esposa, fue liberado ayer por decisión de las autoridades del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente, a cargo del juez Gerardo Casco.
Según detallaron desde su defensa, la Justicia dictó la falta de mérito y por eso abandonó la celda en la que se encontraba y ya está otra vez en su casa. Además, fuentes policiales confirmaron su libertad.
Se trata de un nuevo giro en la investigación por la muerte de Lucía Mabel Sliboda (50), quien falleció en noviembre del 2020. Es que Da Silva recién fue detenido 10 meses después de ese suceso, en agosto del 2021, luego del impulso de su propia hija, quien siempre dudó de las circunstancias en las que ocurrió la muerte.
Como informó en ediciones anteriores El Territorio, el caso fue inicialmente caratulado como suicidio, pero tras la conformación de la querella pasó a investigarse como homicidio agravado por el vínculo. La decisión judicial se conoció en razón del pedido del abogado de Da Silva, Daniel Hernán Braunstein, quien había solicitado la falta de mérito el pasado diciembre.
Ayer este medio buscó comunicarse con el abogado querellante, Enrique Maier, pero no obtuvo respuesta. Tampoco fue posible la comunicación con la hija del liberado y Sliboda, Florencia Lelia Sliboda, por lo que no se pudo establecer si apelarán la decisión.
Una discusión y un arma blanca
La muerte Sliboda ocurrió precisamente el 3 de noviembre de 2020. La mujer ingresó al hospital de San Vicente por una herida de arma blanca en el abdomen. Allí, por la gravedad de sus lesiones, se determinó que fuera derivada al Samic de Oberá, pero su cuerpo no resistió y falleció en el camino.
El esposo testificó que habían tenido una discusión en la casa en la que convivían hasta que en determinado momento la mujer tomó un cuchillo de la cocina y se lo clavó en el estómago. Entonces, dijo, intervino y evitó que se vuelva a lesionar, sacándole el arma y llevándola al centro asistencial.
Las sospechas empezaron a calar en su entorno en tanto que el hombre rápidamente rehizo su vida e incluso se mudó con su nueva pareja. Fue entonces que en febrero del 2020 su hija, Florencia Lelia, impulsó que la investigación siga la hipótesis de un crimen e incluso se constituyó como querellante en la causa.
De esta manera solicitó pruebas de que su progenitora no cometió sucidio. Finalmente en agosto de 2021, luego de casi diez meses del hecho, el juez Gerardo Casco ordenó la inmediata detención de Roberto Domingo Da Silva por la muerte de su esposa.
Sin embargo, tras ocho meses en una celda, no se encontraron elementos para ligarlo a un asesinato y el hombre recuperó la libertad.
Los argumentos de la querella
En el lugar del hecho había un sistema de seguridad pero, según manifestaron a este matutino fuentes de la querella en vísperas de la detención de Da Silva, los registros de las cámaras de esa tarde de noviembre fueron borrados.
El informe de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas confirmó que las imágenes contenidas en el equipo DVR (secuestrado de la vivienda) fueron borradas. En su declaración el masajista expresó su desconocimiento sobre el sistema de video lo cual fue desmentido por su hija, quien manifestó lo contrario y aseguró que las cámaras visualizaban el sector donde ocurrió la secuencia mortal. Sobre este punto luego hubo un careo.
El informe de la División Criminalística, en tanto, respecto de la pericia de luminol efectuada en la vivienda, dio positivo para sangre humana en tres de los cuatro puntos analizados. Contrario a ello, el acusado declaró que la herida no había sangrado.
La querella apoyó su acusación en el testimonio de un cuñado del acusado, quien aseguró que el día del hecho éste le pidió el número de la aseguradora La Caja.
Otro punto considerado por la querella fue la dirección de la herida mortal ya que es en sentido arriba hacia abajo y de izquierda a derecha, “lo que si consideramos que la víctima era diestra y supuestamente empuñó el cuchillo, el corte tendría que ser a la inversa, es decir de abajo hacia arriba y de derecha a izquierda, lo que permite aseverar que fue D. S. quién agarró un cuchillo de atrás y la hincó”, expresa el texto expuesto por el abogado Enrique Maier.
Por último, el letrado subrayó que “como querella fuimos los únicos que impulsamos la causa porque para la Policía y la Justicia quedó como muerte dudosa, suicidio”.
Puntualizó que “para nosotros es claro, la asesinó, simuló un suicidio y no solo trató de minimizar todo sino que mintió para cubrirse y se manejaba con absoluta tranquilidad posterior a eso. La familia busca la verdad sea cual sea la consecuencia y están dispuestos a seguir por ese camino”.