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La trama detrás del fatídico final de Valentina y su hijo Lázaro

El vehículo  fue encontrado cerca de las 14.30, volcado y con las ruedas fuera del agua. Según indicó el juez de Instrucción de Puerto Rico, Manuel Balanda, la mujer venía conduciendo hacia Montecarlo, cuando por razones que la pericia busca establecer, perdió el control del vehículo, cruzó al carril contrario y terminó cayendo al arroyo.

El rastro de una frenada, que al decir del magistrado coincide con los neumáticos de la camioneta, sugiere que la mujer intentó reaccionar antes que el vehículo saliera disparado hacia el agua.

El cuerpo de Valentina Patiño se encontraba todavía al volante de la camioneta cuando el equipo de bomberos de Montecarlo llegó al lugar. El de su hijo Lázaro flotaba boca abajo al costado del rodado, según pudo averiguar LVM. Esto último hace suponer que el niño viajaba sin cinturón de seguridad, y que fue despedido del vehículo antes que este se hundiera en el arroyo.

La mujer, de origen venezolano, llevaba pocos meses viviendo en Montecarlo. Se desempeñaba como gerente de Recursos Humanos de la Cooperativa Agrícola y, según los testimonios de quienes la conocieron y la buscaron durante estas 36 horas de incertidumbre, estaba feliz con su trabajo y la vida que tenía allí. Antes, había sido encargada de Sustentabilidad del Hotel Amerian, de Puerto Iguazú.

La última conexión

Madre e hijo se encontraban desaparecidos desde la noche del martes. La última conexión de WhatsApp de la mujer fue a las 21:05. Andrés Barrios, uno de sus amigos, contó a La Voz de Misiones que minutos antes había estado chateando con ella. La esperaba -dijo- para celebrar el Día del Amigo en el restaurante El Salteño, propiedad de otro amigo en común.

Dijo que Valentina le había consultado sobre un gasista por un problema de fuga de gas que tenía en su casa. El hombre tenía guardado el mensaje de voz en su teléfono. En la grabación, se escucha a Valentina quejarse por el olor a gas que no la dejaba dormir. De fondo, se oye una radio a todo volumen. Minutos después, se desconecta para siempre.

Barrios contó que Valentina y su hijo habían ido a compartir una cena temprana con un productor de la zona, identificado como Andrés Rau, con quien aparentemente tenía una relación sentimental. Estaba ahí cuando chateó con ella hasta minutos antes de las 21:00, y fue este hombre el que la vio por última vez.

La policía allanó su vivienda, ubicada en la colonia Guatambú, a unos 10 kilómetros de Montecarlo. Fue una de las primeras diligencias luego de denunciada la desaparición. Rau fue detenido, aunque el juez Balanda aclaró después a LVM que el hombre quedó recluido pero no en relación con el caso, sino por tenencia de armas sin licencia, dado un pequeño arsenal hallado en su casa.

Las redes criminales

La desaparición de la mujer y su pequeño fue denunciada a la policía más de 12 horas después de que no llegara a la cita en El Salteño, cuando Barrios y otros amigos advirtieron que tampoco había ido a trabajar; no estaba en su casa y no había vuelto a conectarse a su teléfono.

Enseguida, se agitaron los peores fantasmas. La intrincada geografía vial de la zona, donde es muy fácil perderse, con caminos de tierra que se bifurcan en todas direcciones, las largas y desoladas extensiones de tierra dedicadas a la industria forestal, y la supuesta actividad de grupos del crimen organizado, llevaron a pensar que madre e hijo habían caído en manos de una red delictiva trasnacional.

En cualquier caso, los datos tampoco faltan. Sin ir más lejos, en abril pasado, el Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a Personas Damnificadas por el Delito de Trata, del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, informaba de 343 personas que estaban en situación de trata con fines de explotación sexual o laboral en varias provincias argentinas, incluida Misiones.

Esta era la principal teoría hasta horas antes del hallazgo de sus cuerpos. El hecho que la mujer, de 51 años, no encajara en el perfil de las redes de trata, que por lo general trafican chicas jóvenes de estratos sociales más bajos, no bajó sin embargo el tono de la idea, por cuanto el pequeño Lázaro sí podía constituir una víctima potencial de estas redes criminales.

La mujer en el yerbal

La versión de que un colono había visto a una mujer muy parecida a Valentina salir caminando de un yerbal, en inmediaciones de donde se suponía había estado la noche del martes, trajo una luz de esperanza a quienes aguardaban noticias al mediodía del jueves en la comisaría de Montecarlo, entre los que se encontraba el padre del niño, ex pareja de la mujer, Fabrizio. Resultó una pista falsa.

A esa hora, productores de la zona se sumaron al rastrillaje, que llegó hasta el Cerro Favorito. Por la mañana, policías y autoridades habían sobrevolado toda el área en helicóptero.

El caso movilizó a todo el aparato de seguridad de la provincia. Las acciones sobre el terreno estuvieron encabezadas por el subsecretario de Seguridad y Justicia Ariel Marinoni, el juez de Instrucción Balanda, el jefe de Policía Carlos Miguel Merlo, personal dependiente de la Unidad Regional III y de la Dirección de Homicidios de Posadas.

Las tareas de rescate de los cuerpos y la extracción de la camioneta del arroyo llevó varias horas. Las tareas continuaron hasta la noche. Ahora, la autopsia dirá si Valentina y Lázaro estaban o no con vida cuando el vehículo tocó las aguas.

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