En una decisión histórica que se tomó justo al cumplir 20 años de su creación, el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) decidió ponerle un límite a la expansión descontrolada de nuevas plantaciones de yerba mate que se produjo en los últimos dos años, impulsada por los precios récord que se paga por la materia prima (hoja verde).
El objetivo de esta medida, inédita en los 20 años de vida del INYM, es evitar que se produzca una futura crisis de sobreoferta cuando esos yerbales entren en producción (demoran unos 4 años desde la plantación).
La resolución 170/21, aprobada en el directorio del INYM, dice que desde el 1° de enero de 2021 todos los productores, sin importar el tamaño, podrán incorporar hasta 5 hectáreas por año de nuevas plantaciones. Sostiene que todos podrán replantar hasta el 2% de su superficie. También consigna que pueden reponer las plantas secas o muertas.
Según se dispuso, los productores que planten sin autorización tendrán una sanción equivalente a 5000 kilos de yerba canchada (al precio actual serían 564.000 pesos). El sector industrial, representado en el INYM por sus dos directores, no estuvo de acuerdo y no acompañó la medida.
En un comunicado, la Cámara Molinera de la Zona Productora, que aglutina a las yerbateras misioneras, manifestó su “más profundo malestar con la presidencia del INYM ante una nueva medida sin consulta previa ni debate”. La cámara que aglutina a las industrias correntinas aún no se manifestó pero tiene un rechazo similar o mayor a la medida.
“Pretendemos que nadie quede afuera y que el incremento en el potencial productivo se distribuya entre todos los productores. Cada uno de ellos va a poder plantar cinco hectáreas por año; tanto un pequeño productor como uno más grande”, subrayó el presidente del INYM, Juan José Szychowski. “La medida adoptada persigue una finalidad altamente social y responde a un pedido explícitamente formulado por las entidades de la producción”, señaló Szychowski.
El boom
En los últimos dos años la hoja verde -materia prima de la yerba mate- vivió un boom. Los precios récord (se llegó a pagar 50 centavos de dólar el kilo cuando el promedio es 25 centavos de dólar) impulsaron a muchos “outsiders” del negocio, inversores y grandes yerbateras a plantar más y más.
Recorriendo las rutas de Misiones se pueden ver plantines de yerba al costado de la ruta, en rincones de las chacras que antes no se utilizaban. Todo el mundo quiere plantar yerba mate y hasta el tenista Juan “Pico” Mónaco invirtió parte de lo que ganó en el circuito ATP en plantar 500 hectáreas de yerbales, una extensión considerada grande.
Actualmente, según datos del INYM de abril, existen 177.500 hectáreas de yerbales en su gran mayoría en Misiones (154.500 hectáreas) y una parte en Corrientes (23.085 hectáreas).
Con esta resolución 170/21 del INYM (que se tomó por mayoría en el directorio, no por unanimidad), estas 177.500 hectáreas totales de yerbales se podrán expandir, en el mejor de los casos, en unas 30.000 hectáreas al año y beneficiando principalmente a los pequeños productores.
El INYM enfatizó en todo momento que, según sus cálculos, la decisión más que garantiza que habrá materia prima para satisfacer al mercado interno y las exportaciones con este esquema.
Por otra parte, las asociaciones de productores habían presentado una nota solicitando al INYM que articulara una medida de este tipo.
El INYM siempre tuvo herramientas legales para tomar una decisión de este tipo, pero nunca logró tener el peso político suficiente para avanzar con una medida que se puede comparar con la decisión tomada en 1964 por la poderosa CRYM (Comisión Reguladora de la Producción y Comercio de la Yerba) de limitar, primero, la cosecha de yerba mate y, más tarde, directamente prohibirla.
En algún momento el INYM hizo “recomendaciones” de limitar plantaciones y ensayó tibias medidas, pero siempre en períodos de precios bajos y para responder formalmente al pedido de productores.
Para los pequeños productores, la medida revaloriza el rol del INYM como entidad que fue creada para balancear los desequilibrios de la cadena yerbatera y “asegurar la sustentabilidad” de todos los jugadores.
Quién gana y quién pierde
La medida del INYM busca proteger a unos 6471 productores de yerba mate chicos que entregan por año hasta 60.000 kilos de hoja verde. Son el eslabón más débil, que hoy está gozando de un período de buenos precios, pero que en unos años cuando entren en producción los yerbales nuevos que cualquiera puede ver en las rutas de Misiones y que antes no estaban, sufrirán por la sobre abundancia de materia prima y el consecuente derrumbe en el precio.
Según los datos del INYM, existen en total 9983 productores yerbateros registrados. Apenas 94 de ellos tienen más de 100 hectáreas de yerbales. Y 674 pueden ser considerados “medianos productores” con una superficie de entre 25 y 100 hectáreas.
Unos 4119 productores tienen hasta 5 hectáreas y 2967 entre 5 y 10 hectáreas. Hay que agregar que no necesariamente todos esos yerbales están en producción efectiva.
“La aprobamos y firmamos por mayoría y es una decisión que va a hacer que el productor pequeño o todo aquel que quiera incorporarse esté habilitado para plantar 5 hectáreas al año más un 2% de reposiciones, así todos tendremos igualdad en la posibilidad de producción”, señaló a LA NACION Hugo Hacklander, director del INYM por la producción.
La crítica que algunos le hacen al INYM es no haber tomado la medida antes. “Hace tiempo deberían haberse regulado las plantaciones”, dijo a LA NACION Hugo Sand, uno de los referentes de la protesta, conocida en Misiones como “el tractorazo” que hace 20 años derivó en la creación del INYM.