El panorama de infecciones es preocupante en los países de la región, más aún si se tiene en cuenta que, de no controlar las fronteras con medidas estrictas, podría replicarse en poco tiempo en Argentina. En el último mes, según los datos recabados por el analista Santiago Olszevicki, los nuevos casos diarios se incrementaron un 110% en Paraguay, un 80% en Uruguay, un 50% en Brasil, un 35% en Chile, mientras que se redujeron un 15% en Argentina. Bolivia también parece configurar una excepción, ya que los casos disminuyen de a poco, y las cifras de recuperados superan a las de nuevos infectados, gracias a las acciones de restricción que se pusieron en marcha a partir del 9 de enero cuando se declaró de manera oficial el inicio de la segunda ola.
De acuerdo al sitio Our World in Data, los incrementos en los contagios por cada millón de habitantes es notorio. Basta con tomar el período que va desde el 1 al 11 de marzo: Brasil pasó de reportar 263 casos diarios a 325, 11 días después; Uruguay saltó de 217 a 278; Chile de 200 a 249; Paraguay de 157 a 230; mientras que Argentina, afortunadamente hasta la fecha, conserva cierta estabilidad, ya que de los 133 casos diarios que promediaba por millón de habitantes trepó a los 139. Según los especialistas, una de las hipótesis más robustas indica que el foco debe concentrarse en la propagación de la variante P.1, caracterizada por primera vez en Manaos.
“En todos los países de la región es posible que la diseminación de la variante P.1 esté contribuyendo, aunque sin dudas en el que más ha influido es en Brasil. En Argentina ya se ha reportado y en el corto plazo nos afectará con una segunda ola, es imposible que nuestro país se mantenga exento de ello. Por ello, es fundamental avanzar con el proceso de vacunación lo más rápido posible, cuanto menos de las personas en riesgo”, señala Mario Lozano, virólogo del Conicet y experto en vacunas. “Además de las nuevas variantes, pondría el ojo en la relajación de las pautas de cuidado que se destacan en toda Sudamérica. Pienso que se han dejado un poco de lado las medidas que desde el año pasado sabemos que nos protegen y reducen los riesgos”, apunta el exrector de la Universidad Nacional de Quilmes. Lozano, en este sentido, se refiere a la distancia social, el uso correcto de barbijo, la higiene de manos y la ventilación de espacios comunes.
Luego continúa con su análisis: “Durante el verano, Sudamérica no logró disminuir los casos de tal manera de achatar la curva, como se hizo en Europa. El número de casos diarios se mantuvo estable y en Argentina, por ejemplo, ha hecho que nos relajemos y que neguemos el problema cuando el conflicto sanitario está lejos de resolverse aún”, sostiene. En Brasil, Río de Janeiro y San Pablo incrementaron las restricciones frente al despliegue de la variante P.1.; sus sistemas sanitarios están al borde del colapso, en la medida en que 19 de los 27 estados registran una ocupación de camas UTI por encima del 87 por ciento. Desde enero, los fallecimientos diarios no descienden de mil y esta semana traspasaron la barrera de los 2300. En Manaos –ciudad amazónica de 2 millones de habitantes– en noviembre no había casos de covid con esta variante, en diciembre el 52 por ciento de los reportados correspondían a P.1 y en enero ese porcentaje se elevó al 85 por ciento. En lo que va de 2021 ya fallecieron más de 4500 personas.
En el resto de los países, los gobiernos también intercalan cuarentenas sectorizadas, toques de queda nocturnos y otras medidas para contener y desalentar la circulación. En Paraguay existe alerta roja sanitaria: las sociedades médicas advierten un colapso inminente y solicitan al gobierno tomar medidas, además de denunciar la falta de insumos básicos para hacer frente a la pandemia; en Chile, un caso ejemplar en la velocidad que imprimió al proceso de inmunización (se acerca a los 6 millones de dosis aplicadas), los temores son similares, las infraestructuras vuelven a saturarse, se habilita la circulación solo para esenciales y se suspenden las clases presenciales, por el reporte de 43 colegios que presentaron casos sintomáticos de covid. Algo de esto asumió el ministro de salud bonaerense, Daniel Gollan, mediante sus redes sociales: “Las segundas olas en los países limítrofes se vuelven más mortales. En Brasil, volvieron a colapsar los hospitales. En Chile, las medidas de aislamiento se amplían y se suspenden las clases. En Paraguay y Perú, sufren por la falta de insumos. Hay que estar muy alertas”.
El foco en el control de fronteras
Esta semana, el Gobierno nacional prorrogó la emergencia sanitaria hasta el 31 de diciembre. En el decreto se definieron nuevas restricciones vinculadas a la reducción de los vuelos a distintos países con el propósito de evitar el ingreso de nuevas variantes de Sars CoV-2 y extremar los controles con aquellos individuos que retornan del exterior y deben cumplir una cuarentena estricta de una semana. El epicentro de las preocupaciones se coloca en las naciones limítrofes que han experimentado un aumento de contagios durante las últimas semanas. «Efectivamente habrá una reducción de los vuelos que ya existían a varios lugares por los que el ministerio de Salud está preocupado. Sobre todo Brasil», explicó Florencia Carignano, a cargo de la Dirección Nacional de Migraciones. Sin embargo, apuntó: «No vamos a eliminar rutas, ni realizar cierre de fronteras, pero tendremos mayores cuidados para el ingreso de argentinos«.
Desde el Gobierno la estrategia continúa orientada a apelar a la responsabilidad individual de quienes viajan. Recomiendan evitar el traslado si no es por cuestiones de salud, de trabajo o de fuerza mayor. Semanas atrás, pese a haber restringido a la mitad la frecuencia de vuelos a Brasil, la medida no alcanzó para impedir su detección en territorio doméstico. Desde el Instituto Malbrán y desde Proyecto País –los dos espacios institucionales que realizan vigilancia epidemiológica– identificaron casos de viajeros que provenían desde allí contagiados. Desde esta perspectiva, ofrece su punto de vista Lozano: “A mí me gustaría que fuéramos más estrictos en el cierre de fronteras. Mantenerlas abiertas es un riesgo que no hay razón para correr. Tenemos que ser muy estrictos si lo que queremos es evitar que las nuevas variantes ingresen”, expresa. Luego continúa: “El riesgo de que circulen más variantes aumenta la chance de que a partir de ellas surjan otras. Nuestra herramienta es la vacunación; las personas que ya fueron inmunizadas generan un ambiente muy hostil para el coronavirus, una presión. El Sars CoV-2 solo puede combatir la situación si, a su vez, desarrolla variantes que sean capaces de eludir la respuesta inmunológica que genera la vacuna”.
La variante que podría impulsar la segunda ola
A comienzos de febrero, el ANLIS-Malbrán detectó en el país la variante de Sars CoV-2 reportada en Brasil: la “Amazonas P.1” fue hallada en dos muestras. ¿Qué implicaba, en términos concretos, este nuevo hallazgo? Se trata de una variante “de interés epidemiológico” porque posee una constelación de mutaciones que podría tener implicancias biológicas y ya está presente en más de 25 países. Esto quiere decir que podría poseer una mayor transmisibilidad, o bien, una menor unión a anticuerpos.
Por el momento, solo existen estudios preliminares y se esperan los resultados de las investigaciones realizadas en Brasil para confirmar, con mayor robustez, que podría ser esquiva a las defensas que generaron los pacientes recuperados de covid-19. En efecto, el sistema inmune podría no responder de manera correcta y promover la reinfección de individuos que ya tuvieron Sars CoV-2 en el pasado. La buena noticia es que, al menos hasta la fecha, no fue reportada la transmisión comunitaria en Argentina. Desde el Malbrán y Proyecto País están en constante diálogo, a través de redes regionales de especialistas, con los expertos y expertas de la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) que realiza los procedimientos de secuenciación genómica en Brasil.
“Es evidente que el incremento de casos en Brasil está motorizado por el recambio de una variante que reemplaza a otra. La más contagiosa –P.1– está reemplazando a la original, se transmite de manera más veloz y, para colmo, lo que se está viendo es que vuelve a afectar, es decir a reinfectar, a aquellas personas que ya habían estado contagiadas con la primera variante y no habían desarrollado la suficiente respuesta inmunológica”, explica Lozano. Y continúa: “La referencia es Manaos, que vuelve a tener un rebrote y una crisis sanitaria importante, indicando que en muchos casos la inmunidad que generó la primera variante en algunos organismos no fue suficiente para protegerlos en una segunda instancia. Esto es muy interesante en la medida en que se choca de modo directo con aquella campaña que se intentó impulsar en algunos países cuyos gobernantes proponían generar inmunidad de rebaño a partir de las infecciones”. Enseguida remata: “No hay otra manera de lograr aquel objetivo si no es a través de las vacunas, que garantizan una respuesta de mayor duración y consistencia”.
El desafío: continuar acelerando el ritmo de la vacunación
A la fecha, de acuerdo a los datos arrojados por el Monitor Público de Vacunación, del Ministerio de Salud, el país ya inmunizó a 2.294.738 de personas, de las cuales 1.876.113 recibieron la primera dosis y 418.625 ambas. De ese total, el grupo más vacunado fue el personal de salud y luego los mayores de 60 años. El jueves, Argentina batió su propio récord e inmunizó a 179 mil personas en un día. El objetivo, según suelen indicar los especialistas –como el senador y contador Martín Barrionuevo o el bioinformático del Conicet Rodrigo Quiroga– es alcanzar las 200 mil inoculaciones diarias porque, con esa marcha, el país protegería, aproximadamente, a 1 millón de ciudadanos.
Esta no es la primera mutación que se detecta del nuevo coronavirus ni mucho menos, por el contrario, las modificaciones suelen ser mucho más habituales de lo que se cree. De hecho, la cepa que originó todo en Wuhan (China) es diferente de la que circula en el presente. Las alarmas se disparan con P.1 porque se cree que, a mediano plazo, podría empujar una nueva ola de contagios en el país, al habilitar –como detalla Lozano– la reinfección de personas que previamente se enfermaron con la cepa original del Sars CoV-2 y, al mismo tiempo, poner en duda la eficacia de las vacunas. “Puede que las vacunas pierdan un poco de eficacia frente a las nuevas variantes pero continúan funcionando, a excepción de la sudafricana que todo indica que sería más complicada. Es cierto, todavía no hay transmisión comunitaria de esa en Sudamérica, pero tampoco podemos confiarnos, porque no quiere decir que no vaya a estar. No hay que subestimar nada ni olvidar que el origen de la pandemia, hace tiempo, comenzó a partir de una sola persona en un rincón del planeta”, advierte Lozano.
Las vacunas fueron fabricadas en base al genoma del virus “original” detectado en Wuhan, pero el patógeno mutó. Por este motivo, se generaron muchas dudas sobre si las tecnologías disponibles tendrían éxito para combatir a las nuevas variantes del Sars CoV-2. Existen diferentes estrategias de vacunas y de acuerdo a lo que han comunicado los diversos productores de las tecnologías no sería muy complicado “actualizarlas”, de la misma manera que ocurre con otras, año a año, como la de la gripe. De hecho, la posibilidad de que el virus mute y cuestione la validez de las vacunas es algo que un grupo internacional de investigadores pensó en mayo y en junio del año pasado y fue publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS). A través de modelos consiguieron establecer que las mutaciones no impedirían que los patógenos fuesen neutralizados por los anticuerpos que los organismos generan luego de recibir la vacuna. Desde aquí, especialistas de renombre como Elsa Baumeister (Instituto Malbrán) creen que el virus no puede escapar a la estrategia protectiva de las vacunas. Pero si lo hiciera, sostiene, el problema podría resolverse en poco tiempo.