Se oyeron gritos de dolor, ruidos de golpes y fueron observados dos sujetos desaparecer de la escena en una motocicleta. Uno de ellos con la camisa manchada de sangre y con una caja de seguridad portátil aferrada a su pecho con el brazo derecho.
Esto ocurrió el sábado pocos minutos después de las 23 y segundos antes que se confirmara que dentro del departamento B, levantado sobre la casa K en la calle 66 de la chacra 103, pleno barrio Yacyretá, moría desangrado un comerciante y carpintero colombiano identificado como Gustavo Adolfo Rojas Gallego de 32 años.
De inmediato fueron alertados por el 911 los efectivos de la comisaría Sexta y minutos después el operativo para preservar el lugar para las pericias como también las actuaciones con la presencia en el lugar de Miguel Mattos, juez de Instrucción 7, estaba en marcha.
Con la intervención de investigadores de la Dirección Homicidios, las primeras versiones informales de testigos y vecinos de la zona coincidieron en que los agresores fueron dos, los dos robustos, uno de 1,80 metros de altura y el restante diez centímetros más bajo.
Los vieron ingresar al departamento de Rojas Gallego y los vieron bajar raudamente, uno con la ropa manchada de sangre y la presunta caja fuerte. Subieron a una motocicleta Honda Titán 150 y desaparecieron a toda velocidad.
Antes que se descubriera que Rojas Gallego estaba muerto, uno de los supuestos criminales retornó con la misma motocicleta y habría vuelto a subir al departamento B con un juego de llaves en mano. Según las mismas versiones, después bajó y volvió a esfumarse.
La identificación del vehículo confirmó que pertenece también a un colombiano de 26 años, que hasta anoche continuaba siendo buscado por los pesquisas de la Policía de Misiones.
Según los datos obtenidos por los investigadores y las fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN, la descripción física que aportaron los testigos coincidiría con el propietario de la motocicleta.
En cuanto a la causa del asesinato, se indicó que el móvil principal es el robo y que los agresores fueron a buscar el dinero que guardaba Rojas Gallego, pero también se apunta a que la víctima conocía a las dos personas que concurrieron a su vivienda.
Antes del ataque se baraja que hasta bebieron cerveza juntos en el departamento.
Pero tampoco se descartó el ajuste de cuentas como motivo del crimen. Dentro del departamento no hubo desorden registrado más allá que el del ataque. Los investigadores sopesan que los delincuentes sabían que tenía el dinero, el lugar en el que lo guardaba y fueron a buscarlo.
Entre las evidencias recogidas, se obtuvo ropa manchada con sangre que no correspondería a Rojas Gallego y un cuchillo de cocina. En cuanto a este elemento, se peritará en laboratorio porque pudo haber sido limpiado después de las 16 estocadas en el pecho que le propinaron a la víctima. Una perforó pulmones y tocó el corazón y se remarcó del preliminar de autopsia como herida determinante del deceso.
Sobre las actividades comerciales del colombiano de 32 años, residiría hace diez años en Posadas y vivía solo en Yacyretá, se lo vincula como vendedor de los muebles de madera que inmigrantes de su país confeccionan y distribuyen en varios puntos del país, como también habría formado parte de una organización de microprestamistas.
Rojas Gallego nació en Samana, localidad del departamento Caldas, región del Magdalena Medio de Colombia.