La profesional sostuvo en una charla con ENFOQUE que el concepto “dieta” ya es pasado, que se busca consolidar el de “alimentación saludable”. Y remarcó, para derribar un mito, que comer sano no implica gastar más dinero.
“Desde el inicio de la cuarentena hubo efectos en la alimentación. También se potenció el sedentarismo. Tal es así que los últimos datos que se dieron desde la Sociedad Argentina de Nutrición estiman que más del 80% de los individuos en la Argentina aumentó de peso. Es un número alarmante que, por supuesto, nos alertó, más allá de que hace años se viene trabajando en el aumento de los casos de sobrepeso de las personas derivada de los malos estilos de vida”, explicó Pedrozo.
Precisó que “con la cuarentena vinieron el aislamiento, la angustia, el no poder moverse, la incertidumbre. Todo esto hizo que la gente eligiera mal sus alimentos. Hubo exceso de alimentos con harinas refinadas: tortas, tartas, facturas, panificados, productos con altos contenidos de grasa, azúcar o sal, gaseosas, alcohol. Esto afectó a todos, pero principalmente a los adolescentes, que suelen apelar a las golosinas, a los snacks, a los alimentos ultraprocesados. Hubo un impacto emocional y en el peso de las personas”.
Para la nutricionista, “tenemos que acostumbrarnos a mejorar nuestra capacidad de adaptación. Estábamos en tiempos en que no podíamos salir y entonces se vio la capacidad de aquellos que se pudieron adaptar, los que hicieron ejercicios en sus domicilios. El reinicio de las actividades físicas fue positivo, sobre todo para quienes atendemos a distintos pacientes”.
No es necesario pagar un gimnasio
“Muchas veces las personas creen que hay que pagar sí o sí un gimnasio, pero lo que buscamos es que se muevan más, que hagan caminatas, que empiecen con actividades placenteras, como andar en bicicleta o bailar. Luego ir avanzando. Es importante una rutina diaria”, recomendó.
Según Pedrozo, “el sedentarismo se da muchas veces por una falta de asesoramiento profesional. Uno de los puntos más importantes es que no hay alimentos prohibidos, pero sí algunos son menos convenientes. Buscamos que el paciente reduzca las porciones y haga armónica su alimentación, distribuyéndola en cuatro comidas. No se trata de gastar más ni de buscar cosas imposibles de lograr”.
La profesional aconsejó “aumentar el consumo de leches descremadas y de harinas integrales y cereales. También de fibras, con frutas y verduras. Mejorar las preparaciones. Lo casero es por lo general lo más saludable, no es lo menos calórico”.
“Queremos que las personas se mantengan bien hidratadas y que hagan actividad física. No cuesta más dinero alimentarse bien. Buscamos que el paciente se alimente correctamente en función de sus gustos, de sus necesidades calóricas y de sus ingresos económicos”, sostuvo.
Estar convencido del cambio
Un paso fundamental, remarcó, es que se mejoren los hábitos. “Si el paciente tenía la adicción por las gaseosas o bebidas azucaradas tratamos de reducir eso y focalizar ese dinero a algo más saludable. Lo primero que debe hacer una persona es estar motivada. El entorno ayuda a veces y otras el individuo debe reconocer que necesita un cambio”, afirmó.
De acuerdo con Pedrozo, indefectiblemente “se necesita el compromiso del paciente, una vez que el profesional le da las herramientas”.
Apuntó que “después de las fiestas de fin de año aumentaron las consultas, hay un nuevo orden de concientización con la salud. La hidratación es fundamental. En el consultorio vemos que la gente se olvida de tomar agua. La tecnología hasta en esto te ayuda, porque hay aplicaciones que te lo recuerdan”.
Mencionó que hay puntos a favor y en contra de la buena alimentación de los misioneros. Con respecto a lo primero, destacó la producción de la chacra provincial, que abastece a los hogares de frutas, verduras y hortalizas de excelente calidad. Y, como negativo, apuntó el avance de los alimentos ultraprocesados y de la cultura del delivery.
“Afortunadamente el mensaje de la nutrición llega ahora más lejos que antes.Tenemos en Misiones cerca de 500 nutricionistas y eso es un beneficio”, opinó Pedro.
Por último, admitió que “hay mucho para mejorar, fomentar los kioscos saludables en las escuelas, trabajar con los adolescentes en los colegios. Generar buenos hábitos en la población en general”.