Fueron convocados a la escena los efectivos de la Dirección de Homicidios. Fotos: Hugo Paniagua
Una mujer de 76 años fue encontrada asesinada en su casa en la jornada de ayer en el barrio Ripiera, de Garupá, luego de recibir varios golpes en la nuca y el cuello. Hasta anoche, si bien había sido detenido su expareja, la principal hipótesis hablaba de un robo debido a que desaparecieron una motocicleta y dinero en efectivo del lugar.
La víctima fue identificada como Justina Pérez Viera, quien vivía sola sobre la calle Los Helechos y su intersección con Paraíso. La mujer atendía una despensa de barrio en el lugar y se había separado hace dos meses, por lo que en la actualidad vivía sola.
Al respecto, ayer por la noche fuentes de la Policía de Misiones expresaron que había sido detenido como sospechoso el exconcubino de la víctima, un hombre de 56 años. El hombre, ampliaron, fue denunciado por Viera ante la Comisaría de la Mujer el 17 de junio.
El caso se dio a conocer cerca de las 13.30 mediante el llamado al 911 por parte de la hija de la víctima, Rogelia Viera (55). La denunciante expresó que llegó a la vivienda luego de no tener noticias sobre su madre, instancia en la que se topó con el portón y la puerta principal abiertos.
El cuerpo de Justina estaba tendido en el piso, con un aparente golpe en la cabeza, que estaba rodeada de sangre. La mujer era una persona muy activa, dijeron los vecinos, primer indicio para descartar que haya tenido alguna descompensación o accidente doméstico.
Rogelia Viera (izquierda) fue quien halló a su madre.
Viera hija fue quien declaró sobre el faltante de una motocicleta Honda Wave que era de su madre, la suma aproximada de 300.000 pesos en efectivo, un celular y un manojo de llaves.
Rogelia trabaja en la Municipalidad de Garupá y visitaba a su madre a diario. Ambas eran habituales clientes del casino que está sobre la ruta nacional 12, en cercanías del lugar.
A la escena llegaron en primera instancia los efectivos de la Comisaría Decimocuarta, pero con el correr de las horas la calle se llenó de vehículos. Se dio intervención a la Dirección de Homicidios de la Policía de Misiones y los profesionales de la Policía Científica hicieron las pericias de rigor en la escena.
Se realizaron ayer rastrillajes y levantamiento de testimoniales en el barrio para intentar dar con más pistas, aunque hasta ayer los avances se mantenían en reserva para no entorpecer el avance de la investigación en curso.
Atento a los procedimientos en la escena estuvo el juez Fernando Verón, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Posadas. El magistrado ordenó que el cuerpo sea llevado por el móvil de la morguera al Cuerpo Médico Forense del Poder Judicial, donde se hará la correspondiente autopsia.
Antes el médico policial determinó que presentaba varias lesiones “punzopenetrantes” de un centímetro y medio en la nuca y en el cuello. Los investigadores buscan establecer cuál fue el arma homicida utilizaba y se destacó que había signos de defensa de la comerciante.
“Estaba sospechando algo”
Rogelia Viera siguió atenta a los trabajos en la escena y colaboró con las autoridades con todo lo que le requirieron. En esa instancia mantuvo un breve diálogo con El Territorio en el que describió los momentos previos a encontrar a su madre asesinada.
“Yo estaba sospechando que algo pasó porque estaba en mi trabajo y le mandé foto de un maple de huevos caseros que compré para ella y no me respondía. Llamaba, llamaba y no me respondía, por lo que le dije a mi jefe que algo pasó. Pensé que podría haber sido que fue a cobrar y fue a pagar su cuenta”, empezó contando.
Agregó que luego habló “con el panadero, que me dijo que pasó y no le atendió. Después me mandó un audio y me dijo que dos o tres veces pasó por acá, golpeó y nadie atendió. Que la puerta y el portón estaban abiertos, por lo que mi jefe me dijo ‘rajá’. Ahí me vine”. Cuando llegó, se topó con la escena descripta.
También Vicenta, una vecina, comentó que Justina atendía vital hasta ayer la despensa. Describió que era “guapa y hacía de todo” y deslizó incluso que tenía un revólver, por lo que considera que la tomaron desprevenida (algo que podría coincidir con lo relevado hasta el momento).
“Ayer estaba atendiendo y hoy ya no está”, se lamentó aún sin entender lo sucedido.