Familiares y amigos de Lucas González, junto a miles de personas que portaban banderas argentinas, participaron este lunes de una manifestación en reclamo de Justicia frente a Tribunales, donde la madre del adolescente aseguró que su hijo llevaba como única arma «los botines rotos» y reclamó «la prisión perpetua para los tres» policías que participaron del hecho porque «le tiraron a matar» a los jóvenes que se movilizaban en un auto.
Frente a los Tribunales porteños, donde se levantó un escenario sobre las escalinatas de la puerta principal, los padres de Lucas fueron los principales oradores de la manifestación y exigieron «Justicia» por su hijo, de quien dijeron que fue «acribillado» y pidieron que «no existan más» casos «como el de Lucas».
Con remeras blancas con el rostro de Lucas y con la leyenda «Justicia» y en medio de un profundo dolor, Cintia López y Mario «Peka» González agradecieron la compañía «de los vecinos, de los amigos, de los compañeros del fútbol, de los distintos clubes», para luego aclarar que lo que ellos quieren «no es venganza».
«Yo les quiero mostrar algo que era el arma de mi hijo (muestra los botines de Lucas). Esto era el arma de mi hijo. Todos sus botines rotos, gastados», expresó Cintia con su rostro cubierto en lágrimas, tras lo cual recordó que «el último día» que lo vio con vida fue el martes a la noche, porque a la mañana siguiente «salió muy temprano para ir a entrenar».
«Mi hijo no era ningún delincuente. Mi hijo era una criatura. Lo único que soñaba era llegar a primera para comprarme una casa. No saben lo difícil que es buscarlo en mi casa y no encontrarlo», dijo la mujer.
Minutos antes, «Peka» González, reclamó «Justicia» y agradeció «al periodismo» por la cobertura del caso y al abogado Gregorio Dalbón por haberse acercado a ellos.
«Que caiga el que tiene que caer y que pague el que tiene que pagar», dijo el hombre minutos después del acto en una conferencia de prensa.
En tanto, Julián, uno de los adolescentes que sobrevivió al ataque, se quebró al pedir Justicia y dijo: «Mi amigo era bueno, era humilde, se despertaba temprano todos los días. A mí no me lo devuelve nadie. Los que no tenía que proteger le sacaron el sueño a mi amigo, que quería jugar en primera como todos nosotros».
También habló Joaquín, otro de los adolescentes, quien agradeció a los presentes porque con su presencia puede «recomponer toda la ausencia de Lucas».
«La ausencia de mi amigo habla de un sueño que es debutar y ser feliz dentro de una cancha. Ahora hay una familia que sufre su ausencia», afirmó.
Durante el acto, también hablaron los padres de los tres adolescentes que resultaron ilesos en el ataque y reclamaron Justicia.
Desde antes de las 19, cientos de personas se concentraron frente a los tribunales porteños para participar de la manifestación en reclamo de Justicia por el crimen de Lucas.
Al menos cuatro micros llegaron al Obelisco porteño procedentes de Florencio Varela colmados de vecinos y amigos de Lucas que hacían flamear banderas argentinas, mientras se aguardaba el arribo de más de 15 colectivos que salieron desde proximidades de la casa de la víctima con más manifestantes.
Acompañados por varios autos que hacían sonar sus bocinas, dos micros de dos pisos y otros dos de los tradicionales escolares pasaron por el Obelisco, donde también fueron aplaudidos, y continuaron viaje a Talcahuano 550, cuyo frente se hallaba vallado.
Allí, cientos de personas, muchas de ellas jóvenes y familias, ya se concentraban con carteles que reclamaban «Justicia por Lucas» y pedían «Basta de Gatillo Fácil», a la espera de la palabra de los padres del adolescente asesinado sobre el escenario montado frente a la entrada principal de los tribunales.
Algunos conocidos de las víctimas llevaban remeras blancas con la cara de Lucas y una leyenda en el frente que reclamaba Justicia y otra en la espalda que decía «Mi cara, mi ropa y mi barrio, no son delito».
Luego, los manifestantes comenzaron a cantar «Lo sabía, lo sabía, que a Lucas lo mató la policía», lo que fue ovacionado por los asistentes a la marcha, mientras que otros cantaban «Lucas no se murió, Lucas vive en Varela».
También, portaban carteles con la leyenda: «Los policías no combaten los crímenes porque están ocupados en cometerlos».
Pasadas las 19.15 ingresó a la plaza ubicada frente a los tribunales una nutrida columna de personas con bombos y redoblantes y camisetas de Defensa y Justicia, el club de fútbol de Florencio Varela.
El acto finalizó minutos antes de las 20 con un minuto de silencio, mientras los padres de Lucas eran abrazados por los tres adolescentes que sobrevivieron al ataque de los policías.