El 8 de julio de 1810, en la ciudad de Candelaria se llevó a cabo un Cabildo Abierto que transformó esa fecha en un día histórico para los Pueblos de Misiones y para lo que hoy se conoce como la República Argentina, ya que Misiones se transformó en la primera provincia en adherir a la Revolución de Mayo constituida en Primera Junta, tras derrocar al Virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros (España) el 25 de Mayo de 1810.
Fue una reunión sin precedentes en donde estuvieron juntos criollos, guaraníes y vecinos, firmándose un acta de adhesión por unanimidad.
Así comenzó todo…
Cuenta la historia, que tras la Revolución de Mayo acaecida el 25 de mayo de 1810, la Primera Junta envió a los pueblos del interior la Circular del 27 de ese mismo mes por la cual comunicaba su instalación como nuevo Gobierno y solicitaba su reconocimiento y el envío de representantes.
El gobernador de Misiones en ese entonces, Tomás de Rocamora, recibió la comunicación el 16 de junio en Yapeyú (ciudad ubicada hoy en la actual provincia de Corrientes), donde había instalado su Gobierno para controlar el movimiento de los portugueses en la frontera. Respondió dos días después a título personal, adhiriéndose a lo actuado en la capital.
Así, el 17 de junio se dirigió a los Subdelegados departamentales instándolos a convocar cabildos abiertos donde se comunicarían las novedades. También les solicitaba el envío de informes relativos a tropas y armas, individuos capaces de portarlas, entre otros temas.
Entonces el Subdelegado de Candelaria, Francisco Martínez de Lobato, convocó por medio de la Circular del 25 de junio a los Corregidores, un individuo de Cabildo por cada uno de los ocho pueblos que conformaban el departamento, y a los caciques principales, a una reunión en Candelaria para el día 8 de julio de 1810, donde el intérprete de gobierno Antonio Morales les haría conocer la instalación de la Junta Provisional de Buenos Aires, a la cual se reconocería.
El Cabildo Abierto del 8 de Julio de 1810 se realizó en Candelaria, que esos años era la capital del departamento e incluía también a Santa Ana, Loreto, San Ignacio Miní, Corpus, Itapúa, Jesús y Trinidad, estos tres últimos ubicados en el actual territorio de Paraguay.
La histórica convocatoria contó con la presencia del gobernador de Misiones Tomás de Rocamora, quién para la ocasión invitó, entre otros, al vicario foráneo Don Jacinto Núñez, al Secretario de gobierno Don Manuel Hidalgo, al Ministro Receptor de Alcabala Don Bartolomé Coronil, al Administrador de Correos Don Rafael de los Ríos, al Guarda Almacén Don Domingo Pereyra y al Juez comisionado Don Francisco Cambiró.
Además, a los vecinos de Candelaria se los convocó para que tomen conocimiento del acta, que en aquel día se iba rubricar en el Cabildo Abierto.
Momento histórico
El subdelegado local Francisco Martínez Lobato fue quien hizo jurar fidelidad a la nueva Junta de Gobierno a todos los representantes de los pueblos misioneros antes mencionados, labrando la siguiente acta, redactada por don Casiano Carvallo con el agregado de que al leerla se hizo en guaraní y en castellano, algo inédito y único para la época:
“El 8 de julio de 1810, el Subdelegado de Candelaria, reúne en la sede de su gobierno, a los Corregidores, Cabildantes y Caciques de los pueblos misioneros a una Junta General, para tratar sobre los sucesos del 25 de mayo de 1810. Leídas las comunicaciones -en castellano y guaraní-, los concurrentes, en conocimiento de la creación de la Junta Provisional de Gobierno en Buenos Aires y la adhesión del gobierno de la provincia a la causa de mayo, respondieron todos juntos y cada uno por sí, que la reconocían y obedecían, y desde luego unían sus sentimientos llenos del más tierno afecto a la Primera Junta.
Firmaron el acta de esa asamblea histórica: Luis Chivé, Fructuoso Patí, Benedicto Yué, Valeriano Mbacay, Crisanto Chiyú, Mariano Arandá, Francisco Taberacuá, Ignacio Albañesú, Fulgencio Yaparí, Pedro Pascual Yarupá, Gregeorio Caribú, Juan Ángel Ararobí y Eugenio Guyrapepó”.
Así Misiones entra en la historia grande en los albores de lo que décadas más tarde se transformaría en la actual República Argentina.
Dos idiomas, una misma idea de Nación
42 años después de expulsión de los Jesuitas de los Pueblos Guaraníes de las Misiones ocurrido en 1768, llegó la famosa proclama de Mayo; Los pueblos misioneros eran aún habitados por guaraníes de la etapa jesuítica, que en muchos casos eran más instruidos que los “enviados” de Buenos Aires, quienes inclusive los utilizaban de secretarios para redactar y traducir documentos oficiales, ya que hablaban en castellano y guaraní; y escribían en castellano y en algunos casos hasta en latín.
Es más, el idioma guaraní era el oficial en todo Misiones, que abarcaba el vasto territorio desde Yapeyú (Corrientes) hasta más allá de Puerto Iguazú (Misiones), y fue utilizado para escribir e imprimir los primeros libros de toda la República Argentina, en las imprentas de los pueblos de Nuestra Señora de Loreto y Santa María la Mayor.
Por ello, a la hora de leer la histórica acta del 8 de julio de 1810 en el Cabildo Abierto de Candelaria, donde los Pueblos de Misiones adherían al nuevo Gobierno Patrio, dicha lectura se llevó adelante en castellano y en guaraní.