Luego de más de un mes de internación producto de complicaciones de un cuadro de COVID-19, el ministro de Cultura recibió la visita del gobernador Herrera Ahuad en el momento de dejar el hospital Madariaga para regresar a su domicilio.
“Estoy vivo gracias a todo el cuerpo médico del Hospital”, dijo Joselo al retirarse junto a su familia, a la vez que agradeció todo el apoyo popular recibido.
Casi dos meses después de haber contraído la enfermedad y recuperarse de sucesivas complicaciones propias de la enfermedad -que lo llevaron a 21 días en coma inducido para permitir la intubación endotraqueal-, Joselo Schuap fue dado de alta para proseguir la recuperación desde su domicilio.
“Quiero agradecer especialmente a todo el cuerpo médico del Hospital Madariaga, desde los terapistas y kinesiólogos a los camilleros y personal de limpieza, a la doctora Dalila Bühl y cada médico, enfermeras y enfermeros que me atendieron y contuvieron; que me decían ‘fuerza Joselo’ y me dieron fuerza para salir adelante. Después de tanto tiempo, creo que me hice amigo de todos”, expresó.
“También quiero dejar un saludo y agradecimiento a Oscar (Herrera Ahuad), más que como gobernador, como amigo, que estuvo todo el tiempo pendiente de mi evolución y acompañando a mi familia mientras estaba realmente complicado”.
“Estuve en una situación extrema, con verdadero riesgo de vida, pero pude salir adelante gracias a este Parque de la Salud, un lugar donde fui tratado como tratan a cualquier otro misionero, con todo respeto y una calidad de atención superlativa”, relató el artista y funcionario que sufrió el agravamiento de su cuadro luego de contagiarse de COVID-19 a mediados de marzo para, finalmente ser internado en Terapia Intensiva el 1ro de abril.
#FuerzaJoselo
El chamamecero destacó el gran apoyo popular recibido mientras estuvo pasando la enfermedad. “Agradezco de corazón a todos los que rezaron por mi, de todas las iglesias y todas las religiones, el apoyo recibido desde otros países, los hermanos guaraníes del Cuña Pirú, que siempre enviaban mensajes de apoyo, al igual que los colonos y la gente de las Ferias Francas”, resaltó emocionado.
Con una lista de agradecimientos inevitablemente extensa, terminó: “Finalmente, el agradecimiento más grande que puede dar un ser humano, a mi familia, mi esposa Graciela, mis hijos Julián Martín y Juan Andrés, mi hermana Ramona, mi cuñado Jesús, mis padres y mi suegro Juan. Es increíble volver a estar en casa tomando mate con todos ellos. Gracias a ellos y por ellos es que hoy puedo estar de regreso en el hogar”.
A Joselo le esperan meses de esfuerzo y dedicación para superar la segunda etapa de recuperación de las secuelas que el Covid ha dejado en él, especialmente la pérdida de masa muscular producto de tantos días de inmovilidad.
“Estuve muy cerca de la muerte, y eso me ha hecho valorar la vida de una manera diferente, como comprender desde otra perspectiva el valor de la familia. La vida sigue, pero he aprendido que hay que colocar todos los planos en su justa medida, y regularlos de una manera que, así como se prioriza el trabajo, también se haga lo propio con la familia, la salud y el descanso”.