El ministro de Salud de Paraguay, Julio Mazzoleni, confirmó ayer la ocupación total de las camas de internación y terapia en los hospitales de Asunción y Central y señaló que hay personas esperando un sitio para ser atendidas. Aseguró además que se está entrando en la etapa “más difícil de la pandemia” y pidió a la ciudadanía respetar las disposiciones sanitarias. Sostuvo que hay sitios en donde la Policía y la Fiscalía no pueden llegar, pero el virus sí.
Mazzoleni dialogó con los medios de comunicación ayer tras reunirse con Felipe González, director del Ineram, hospital de referencia para pacientes con coronavirus en Asunción.
Como pocas veces, al ministro paraguayo se lo escuchó preocupado, según informó el diario paraguayo ABC Color. El funcionario de salud utilizó términos eufemísticos para confirmar que existe un colapso en el sistema público de salud en la capital y en el departamento Central en cuanto a las camas disponibles para internación común y terapia intensiva.
Mazzoleni habló de gente que está esperando algún sitio para poder ser ingresada como pacientes con Covid-19 en estos hospitales. Además, dijo que 25 personas están en terapia intensiva del sector privado, en donde hay un cupo máximo de “tres veces más”, es decir, unas 75 camas aún disponibles en Unidades de Terapia Intensiva (UTI) privadas.
Insistió en que no existe disponibilidad de camas para pacientes con coronavirus que necesiten ser internados en Asunción y el área metropolitana. La autoridad sanitaria manifestó que la “situación es dinámica” y que, si bien existen “muchos pacientes con altas”, también hay quienes necesitan internación. Se habló incluso de una “lista de espera”.
“En Asunción y Central la situación es muy complicada. Esto va a seguir en la medida que no nos comportemos. Hay pocas cosas que están restringidas; lo único que les pedimos es que usen mascarillas y cumplan las medidas sanitarias. Hay gente que está esperando para ser internada. La demanda, incluso en el sector privado, es alta”, dijo el ministro de Salud.
Mazzoleni añadió que “estamos entrando en una etapa muy difícil de la pandemia” y que “falta un compromiso” de la ciudadanía que, a su criterio, es “mayoritario”, pero se está “subestimando”.
En relación a si habrá o no más restricciones para las fiestas de fin de año, respondió que las recomendaciones son “las que siempre se dan” y recordó a la ciudadanía sobre los factores a tener en cuenta para participar de las tradicionales cenas de fin de año. Para evitar la expansión del coronavirus, las personas deben tener en cuenta a cuántos eventos asisten en una semana, cuánta gente asistirá, cuánto tiempo pasa en cada evento y si el lugar donde se realiza es abierto o cerrado. Todos estos factores inciden en los contagios. “Tenemos que ser disciplinados como fuimos al principio. Hay lugares en donde la Fiscalía, la Policía, el Ministerio Público no van a llegar, pero el virus sí”, manifestó Mazzoleni.
Con costo
El ministro paraguayo afirmó también que hay pacientes que deben pagar para comprar medicamentos que los hospitales públicos no tienen.
La cifra es de entre 400.000 y 1.000.000 de guaraníes por día (entre $8.500 y $22.000). “¿Qué se le dice a la gente que no puede pagar?”, le preguntó un periodista a Mazzoleni, a lo que él respondió que a estos familiares de pacientes se les dice que se está haciendo “el máximo esfuerzo posible y que vamos a ir resolviendo. Vamos a hacer todo el esfuerzo para que cada vez sea menos el problema. La cantidad de elementos que no son visibles son más onerosos inclusive. Es muy difícil, muy complicado”, contestó, minimizando la necesidad porque se usan medicamentos más caros que los que se pide comprar.
Además, afirmó que se necesitan contratar a 5.000 profesionales de la salud más para poder trabajar en “condiciones ideales”.
En Ciudad del Este, otra zona complicada, en el último mes la ocupación de camas de UTI aumentó 55% en el Hospital Integrado Respiratorio de Alto Paraná, confirmaron.
En Iguazú, los trabajadores del turismo piden abrir la frontera
Trabajadores del turismo de la Ciudad de las Cataratas, en su mayoría taxistas, remiseros y empleados de empresas que ofrecen traslado en la zona, se movilizaron ayer para exigir la apertura de la frontera entre Puerto Iguazú y Foz do Iguaçu por el puente internacional Tancredo Neves.
Los manifestantes se congregaron a las 8 en la rotonda de acceso a la ciudad y en caravana se desplazaron hacia la autovía donde hicieron efectivo el corte que seguía anoche, con la modalidad de liberar el tránsito 15 minutos cada dos horas, pero sin posibilidad de ingreso o egreso de camiones a Iguazú.
Los trabajadores indicaron que llevan nueve meses sin ingresos, no pueden afrontar los gastos básicos de su familia y tampoco pagar los impuestos, las cuotas de los vehículos y renovar el carnet de conducir.
“Muchos de nosotros estamos al borde de perder los automóviles por las deudas y lo único que puede darnos un respiro es la apertura de la frontera y que puedan ingresar turistas de Brasil, Paraguay y de otras partes del mundo”, señaló Juan Morínigo, trabajador del volante.
Las diferentes asociaciones de turismo de la ciudad no acompañaron la medida de fuerza, inclusive muchos manifestaron que la protesta podría afectar la vuelta de la actividad.