24 meses pasaron desde que la “final más larga de la historia” llegó a su fin. Este 9 de diciembre se cumplen dos años del polémico festejo de Benedetto, del gol de Pratto que inició la hazaña, de la definición de Quintero que empezó a presagiar lo que se venía y de la recordada corrida del Pity Martìnez que lo terminó por convertir en ídolo y que desató la alegría y la locura de la mitad de un país.
El 9 de diciembre de 2018, River se quedó con su cuarta Copa Libertadores frente a nada más ni nada menos que Boca, su clásico rival. La serie entre los dos equipos más populares de Argentina estuvo marcada por emociones y polémicas. Una llave que comenzó en La Bombonera y terminó en Madrid. Un partido que hasta hoy dejó secuelas en ambos lados.
Al igual que hace un año, Misiones Online te trae este especial para que revivas la épica Millonaria.
La lluvia y el primero de los duelos
10 de noviembre. Ese había sido el día designado por la Confederación de Fútbol Sudamericano (CONMEBOL) para que Boca y River se vieran las caras en el primero de los dos duelos. Pero casi como un déjà vu de lo que vendría después, ese encuentro se suspendió por la abundante lluvia que cayó ese sábado en la Ciudad de Buenos Aires.
El ente que preside el paraguayo Alejandro Domínguez reprogramó la cita para el día siguiente y ese domingo el clima acompañó. Con una Bombonera llena de hinchas locales, y con el césped en excelente estado, Boca y River pusieron en marcha la tan esperada final.
Un esquema que sorprendió y una modificación imprevista que solucionó todo
River salió al campo de juego sin su gran estratega en el banco. Marcelo Gallardo no fue parte en ninguno de los compromisos contra el Xeneize por una sanción que arrastraba desde las semifinales contra Gremio. Sin embargo, el Muñeco planteó un novedoso esquema para su equipo con una línea de tres centrales. Martínez Quarta, Pinola y Maidana le brindaron seguridad al fondo visitante y permitieron que los laterales Montiel y Casco se convirtieran en dos atacantes más. Enzo Pérez logró controlar el medio y los de Núñez no sintieron la ausencia del lesionado Leonardo Ponzio.
River se adueñó del partido los primeros minutos. El movimiento táctico de Gallardo sorprendió a los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto quienes no se sentían cómodos en el banco. Pero en el minuto 26 todo cambió. Cristian Pavón tuvo que salir por una lesión muscular y Darío Benedetto ingresó para acompañar a Ramón “Wanchope” Ábila. Boca se rearmó con un doble 9 y empezó a tomar el control del encuentro contra un rival que no se había podido reacomodar al cambio de libreto.https://www.youtube.com/embed/yDOtaGG5nA4?version=3&rel=1&fs=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&wmode=transparent
Tras un error de Armani, Wanchope puso el 1-0 .Un minuto después, Lucas Pratto empató el trámite tras sacar del medio. Benedetto colocó el 2-1 antes de finalizar el primer tiempo y a los 60´, Izquierdoz en contra puso el 2-2 final que dejó con mejor sabor a River de cara a la vuelta.https://www.youtube.com/embed/h_QGVRlxEg8?version=3&rel=1&fs=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&wmode=transparenthttps://www.youtube.com/embed/htMDlQkan-Q?version=3&rel=1&fs=1&showsearch=0&showinfo=1&iv_load_policy=1&wmode=transparent
La agresión al micro de Boca y nueva suspensión
El sábado 24 de noviembre tendría que haberse jugado la segunda final entre River y Boca en Núñez, pero que una brutal agresión al micro del Xeneize hicieron que nuevamente la final tuviera que postergarse.
Todo ocurrió cuando el colectivo que transportaba a los jugadores de Boca se disponía a ingresar al Monumental por la calle Quinteros. Tres vidrios fueron destrozados por pedradas y botellas arrojadas por hinchas de River que agolparon en una esquina donde había una curva, mientras que otros dos fueron rotos desde adentro con el martillo de seguridad debido a que los jugadores no podían respirar fruto de los gases lacrimógenos que invadieron el vehículo.
Sospechas de zona liberada por una interna entre las Fuerzas de seguridad, un pedido formal de la dirigencia de Boca para que descalificaran a River y le dieran por ganada la Copa basándose en el antecedente “Gas Pimienta”, un pedido a través de la televisión del presidente de River, Rodolfo D’Onofrio , a su par boquense, Daniel Angelici, para que desista de su pedido. Y finalmente una polémica decisión de Conmebol: la final se mudaría hacia el viejo continente.
Madrid, el escenario de la hazaña Millonaria
Cinco días después de la agresión a los jugadores de Boca, la Conmebol informó que la “Superfinal” se jugaría el 9 de diciembre en el Estadio Santiago Bernabéu del Real Madrid, prácticamente un mes después del 2-2 en La Boca.
River llegó al viejo continente con varias bajas en ataque. La suspensión de Rafael Santos Borré y las lesiones de Scocco y Mora hicieron que Pratto arrancará el duelo como único delantero y en el banco un juvenil Julián Álvarez de 18 años apareciera como única carta de reemplazo natural para el exVélez.
Por su parte, a priori, Guillermo contaba con todos sus soldados para ese crucial partido. Pavón se había recuperado de su desgarro y fue titular junto a Villa y Benedetto.
Tras una gran asistencia de Nández, Benedetto puso el 1-0 en la capital española. Boca ganaba, lo justificaba desde el juego y ponía la serie a su favor por tercera vez.
Pero en el segundo tiempo todo cambió. Quintero entró por Ponzio y desde los pies del colombiano River empezó a encontrar el camino a la gloria. Por otro lado, Benedetto abandonó el campo e ingresó Wanchope, quien no se mostró recuperado de una lesión que había sufrido semanas atrás y jamás pudo inquietar al arco de Armani.
Una gran jugada colectiva que incluyó una pared entre Palacios y Nacho Fernández terminó en gol de Pratto a los 68´ y la final se fue al alargue. Apenas iniciada la prorroga Boca se quedó con 10 por la expulsión por doble amarilla de Wilmar Barrios. A los 108´, Quintero recibió el balón, no dudó en rematarlo desde fuera del área al ángulo izquierdo de Andrada. Imposible de atajar para el portero y los hinchas Millonarios empezaban a acariciar su cuarta copa.
Con los 9 jugadores de Boca buscando el milagro en el área rival desde un córner (Gago había abandonado el partido por una lesión), llegó el tercer. Armani la despejó y Quintero asistió a Martínez quien desde su campo realizó una histórica corrida que terminó con el 3-1 final.
El Millonario logró un triunfo épico, dando vuelta una serie que arrancó perdiendo en tres oportunidades. Los festejos comenzaron apenas Andrés Cunha hizo sonar el pitido final en el Bernabéu y se extendieron durante todos los días hasta hoy.